15 noviembre 2013

XIX CONGRESO DEL PCE: ENTREVISTA A JOSE LUIS CENTELLA.


José Luis Centella (Córdoba, 1958) será reelegido este fin de semana secretario general del Partido Comunista de España (PCE) aunque eso es casi la anécdota del XIX Congreso que se abre esta tarde en Madrid.
 
El 'número dos' de Cayo Lara en IU afronta la asamblea con tranquilidad y con la esperanza de que el debate sirva para lanzar un mensaje claro de dónde se quiere posicionar el PCE en temas clave como la deuda, Europa, el proceso constituyente o la regeneración democrática. 
 
Algunas de las tesis que se defenderán de aquí al viernes son distintas a la política general de IU, lo que de alguna manera da aire a un PCE que, como reconoce el propio Centella, pasó por una situación complicada pero que ha crecido con su presencia en el conflicto social. "Estar en el tajo", que lo llama el secretario general, ha sido la clave de un trabajo que prefiere no se personalice en él, sino en la organización como colectivo.
 
El pasado miércoles, en un receso durante el debate sobre los Presupuestos Generales para 2014, atendió a Público en las dependencias de la Izquierda Plural del Congreso de los diputados.

 
PREGUNTA: Póngase una nota del 0 al 10 en sus primeros cuatro años al frente del PCE.
 
RESPUESTA: Si me tuviese que valorar en lo personal diría un no sabe, no contesta, pero como colectivo me pongo un siete. Por la personalidad que tengo, si algo ha caracterizado mi mandato es que ha sido colectivo.
 
P: Nada más ser elegido secretario general le dijo a los suyos que la prioridad debía ser promover la movilización en la calle y tratar de vencer la batalla ideológica al capitalismo. ¿Han ganado o han perdido?.
 
R: Hemos ganado en unas y hemos perdido en otras porque la mayoría absoluta del Partido Popular pesa mucho. Cuando dije eso hace cuatro años era más una voluntad, el PCE era una fuerza política que en aquel momento tenía dificultades y poco espacio. Pero se ha avanzado en cuanto al convencimiento de que esta lucha hay que ganarla en la calle y hoy se puede afirmar que el PCE ha estado en las movilizaciones junto con otras organizaciones, nunca buscando protagonismos pero sí aportando nuestra gente y nuestra ayuda, para dar la batalla y conseguir una salida social de la crisis.
 
P: ¿El PCE se ha modernizado o la crisis económica, política y social ha provocado que las tesis del comunismo estén más vigentes que nunca?.
R: La palabra modernizar es una aberración, el PCE no tiene que modernizarse, sino ser capaz de ganar influencia en la gente. El marxismo plantea como uno de sus elementos fundamentales el análisis de la realidad concreta en un momento concreto y por tanto el PCE necesita situarse en el siglo XXI, tiene que dirigirse a la clase obrera del siglo XXI y adoptar las formas de lucha propias del siglo XXI, lo que no choca con las formas de lucha clásicas como puede ser la huelga general.
 
P: ¿Cuáles son esas luchas del siglo XXI?.
 
R: Son las que parten de una capacidad de organizar a la gente frente a las agresiones del capital, las que generan un mecanismo de autodefensa, de solidaridad, de alternativa que va más allá de la confrontación política. Por ejemplo, las redes de solidaridad, que se organizan en torno a cooperativas de consumo, a través del autoempleo, que protegen a las personas que más están sufriendo la crisis. También, la desobediencia civil. Son formas de nuevas de lucha que se complementan con las clásicas.
 
P: ¿Cuál es el reto del PCE para estos próximos cuatro años?.
 
R: La prioridad número uno es darle la vuelta a la hegemonía del capital su salida antisocial de la crisis, que la están pagando los que menos culpa tienen, los trabajadores. Otro reto es conseguir una mayor unidad de la izquierda: la izquierda social, la política y la sindical. Unidad, que no tiene que significar uniformismo, cada uno debe trabajar en su ámbito, pero sabiendo que todos formamos parte de la misma lucha.  
 
P: Los movimientos sociales y la izquierda política han dado pasos en ese sentido, ¿cree que los sindicatos han afrontado la crisis como debían?.
 
R: Es cierto que los sindicatos han resultado muy afectados por la crisis, aunque soy muy respetuoso con ellos. Yo soy militante de CCOO y estoy muy orgulloso. Todos, 15-M, izquierda y sindicatos tenemos que ser muy autocríticos con cuál ha sido nuestra evolución, pero la autocrítica nunca puede ser ataque. Efectivamente, los sindicatos tienen que hacer una reflexión de cómo se hace el sindicalismo del siglo XXI, un sindicalismo que para mi tiene que ser sociopolítico, reivindicativo, de clase, pero todos somos fundamentales y cuando la derecha ataca a los sindicatos como lo está haciendo yo hago piña para defenderlos. Espero lo mismo de ellos cuando nos ataquen a nosotros.
 
P: El Congreso que empieza hoy se plantea como el del debate y las propuestas, ¿en qué se centrarán?.
 
R: Hace un año dijimos que queríamos hacer un Congreso de propuestas, no de identidad. No vamos a ver quién es más o menos comunista, cosa que nos ha pasado en otras ocasiones. Por eso hay varios bloques que queremos resaltar. Sobre economía queremos dar una alternativa al neoliberalismo y contraponer ideas: por ejemplo, frente a las privatizaciones, sector público; frente al mercado, la planificación democrática de la economía. Esta propuesta económica va ligada al modelo de Unión Europea, vamos a plantear que no hay posibilidad a una salida social de la crisis en el marco actual del euro y a poner de manifiesto como esa UE sólo se preocupa de garantizar los beneficios de la banca y del capital.
 
P: Entiendo que es una postura muy similar a la del Partido de la Izquierda Europea, es decir, que hay que refundar Europa y democratizar las instituciones europeas pero con el euro, ¿O el PCE  es contrario a la permanencia en el euro?.
 
R: Nosotros somos un poco más audaces que el Partido de la Izquierda Europea. No decimos que haya que refundar las instituciones, sino que hay que hacer otro proceso de integración territorial y ahí tenemos América Latina como ejemplo del que se puede aprender. Ellos tienen incluso una moneda comunitaria, que es el sucre, pero que no sirve de moneda de cajero, sino para hacer transacciones entre los países y hacer de contrapeso al dólar. Si hablamos de refundación, hay que hablar de la refundación de Europa superando la Unión Europea.
 
R: Después, sobre la moneda, no creo que el sí o no al euro sea el debate de este Congreso. El debate es cómo acabamos con el euro porque hoy en día es una losa. Ahora mismo no es posible una moneda única porque no se cumplen las condiciones adecuadas. La moneda única es la culminación de un proceso, no el inicio de un proceso porque lo que ocurre al final es que, por ejemplo, nos equiparamos en precios y no en salarios. Nos equiparamos en lo negativo y no en lo positivo. Todo esto ya lo decíamos con el Tratado de Maastricht y la gente nos miraba como si estuviéramos locos.
 
P: ¿Y sobre el pago de la deuda, en qué orilla está el PCE?.
 
R: En la que apoya enfrentarse a la deuda, que es lo que hoy provoca que no haya políticas sociales en este país. Con sólo dejar de pagar 10.000 millones de euros de los 36.000 millones que el Gobierno destina al pago de intereses se podrían duplicar las inversiones.
 
Estamos a favor de la auditoría ciudadana de la deuda y que se declare ilegítima porque esa deuda surge del sector privado. Nosotros no somos unos ilusos y unos irresponsables, siempre pongo los ejemplos de los Gobiernos latinoamericanos que han sido valientes y que hasta que no empezaron a combatir la deuda externa no empezaron a respirar.
 
Como me dijo una vez el presidente Correa, cuando uno le debe 3.000 euros al banco, el problema es de uno. Cuando uno le debe 30.000 euros al banco, el problema lo tiene el banco. El Gobierno es el que tiene el poder y el que puede llegar un día y decir que vamos a renegociar la deuda. Eso permitiría hacer una economía de verdad, para la gente.
 
P: ¿Qué plantearán en el ámbito político?.
 
R: Pues que no puede haber una alternativa social y anticapitalista que no sea democrática y en eso el PCE tiene experiencia. Igual que salimos a la calle en los años cuarenta, cincuenta, etc.... queremos salir ahora mismo a la calle para defender la democracia. Vamos a hacer propuestas que van a la raíz del tema, los partidos, para que sean más democráticos y más participativos. Vamos a hacer hincapié en el control. Control a través de la revocabilidad y la rendición de cuentas. Un cargo público que sale elegido por cuatro años no puede tener un cheque en blanco y tiene que haber mecanismos para que la ciudadanía pueda revocarle si no cumple con sus promesas. Es necesario un mecanismo de rendición de cuentas y evaluación anual y esto afectaría por igual a un diputado, a un secretario general o a cualquier dirigente político.
 
También debe haber un control de los programas. Lo mismo que hay un Tribunal de Cuentas y un Tribunal Constitucional tiene que haber un Consejo que haga un seguimiento de los programas. Cuando alguien presenta un programa está firmando un contrato, que debe ser evaluado y si no se cumple eso tiene que tener consecuencias. Es una desvergüenza cuando Rajoy dice que no conocía lo que había en España. Cuando uno se presenta a unas elecciones tiene que conocer la realidad y si no, no puede prometer ciertas cosas en un programa.  
 
Esto al mismo tiempo tiene que permitir la participación, los ciudadanos deben tener la posibilidad de ser escuchados en esta casa. El Parlamento no puede ser un edificio rodeado de vallas, tiene que ser la casa del pueblo. Aquí existe una Comisión de Peticiones y cuando haya un proyecto de ley, un conflicto social, los ciudadanos tienen que saber que pueden venir a decir lo que piensen. La participación directa es lo único que puede resolver el divorcio entre la ciudadanía y la política. Se trata de recuperar la política de la democracia.
 
P: ¿Puede ser más concreto, cómo se articularían las revocaciones?.
 
R: Nosotros queremos plantear el debate. El concepto es que, por ejemplo, si yo tengo 90.000 votos en Sevilla y alguien recoge 90.000 firmas, podría hacer un referéndum revocatorio sobre mi gestión como diputado. La articulación no es sencilla y pasa como con otros elementos de participación directa, hay que regularlo bien porque si no, al final podemos generar un esperpento. Primero hay que tener bien clara la idea y después darle la forma jurídica óptima para que no dé lugar a ningún tipo de abuso. De lo que se trata es de reforzar la democracia. Ahora mismo nuestra democracia se rige por el ‘usted vote, que ya me encargo yo de gestionar durante cuatro años' y por una economía que no se decide en el Parlamento sino en el Banco Central Europeo. Queremos otro concepto de democracia.
 
P: Imagino que es aquí donde entra a debate el proceso constituyente.
 
R: Haremos una propuesta de ruptura con el bipartidismo monárquico, que intenta perpetuarse detrás de una Constitución que para muchos es un mito pero que en realidad es una mera fachada. Fachada porque PP y PSOE se han encargado de modificarla, como pasó con el Artículo 135, con el que supeditaron la economía al pago de los intereses de la deuda en lugar de al interés general. Vamos a plantear la aglutinación de toda la izquierda alternativa frente a ese pacto constitucional monárquico bipartidista y la necesidad de iniciar un proceso constituyente en el que la ciudadanía pueda plantear y votar una nueva Constitución. La del 78, simplemente por una cuestión de edad, hay millones de personas que no la votaron.
 
P: De los cuatro cimientos que sustentan ese pacto, es decir, monarquía, poder económico, bipartidismo e Iglesia, ¿cuál cree que caerá primero?.
 
R: Creo que caerán juntos y seguramente el último será la Iglesia por una cuestión histórica. La monarquía no puede mantenerse sin la monarquía y viceversa. Se necesitan mutuamente y se retroalimentan, de ahí que la principal conclusión de la Conferencia Política del PSOE sea que no cuestiona el pacto constitucional, que es el que le une al PP en defensa, por ejemplo, de la ley electoral, como se ha podido ver en Asturias; que le une al PP en la configuración del Consejo General del Poder Judicial; y por el que el PSOE no vota en contra de la sección que habla de la Casa Real en los Presupuestos del Estado. Cuando caiga uno caerán los demás.
 
P: ¿Ve similitudes entre el proceso de convergencia iniciada por IU y la integración del PCE en IU en 1986?.
 
R: Son épocas históricas distintas aunque es cierto que la base es la misma. El PCE y otros grupos llegamos a la conclusión en el año 86 de que la política sobrepasaba a los partidos clásicos y que había que formar estructuras que fuesen no de partido. De hecho IU nace como un movimiento político y social. Eso durante un tiempo entró en crisis, porque IU se convirtió como un partido y además mal organizado. En estos momentos se trata de recuperar el valor de la política, la participación, lo programático, más que lo matemático.
 
La similitud que hay es el germen, la diferencia es que son tiempos diferentes. En aquel momento había más estructuras de partidos y hoy hay más fuerza en los colectivos sociales. Sí que había una gran diferencia con respecto ahora y que ninguno hemos sido capaces aún de entroncar. En los ochenta las asambleas eran presenciales, mientras que ahora cada uno puede estar elaborando un programa en su casa y luego ponerlo en común a través de la red o reunirse en el último momento.
 
Eso es algo que habrá que incorporar. No hablo de poner la democracia en función de internet, como algunos llegarán a plantear, para mí eso es un error porque habrá mucha gente que se quede sin participar, pero sí de incorporar lo que nos dan las nuevas tecnologías.
 
P: ¿El candidato de IU para las europeas lo pondrá el PCE o lo pondrá IU?.
 
R:El PCE no lo pondrá, no lo ha puesto nunca y creo que tampoco lo va a poner IU, lo pondrá el colectivo. Además, nosotros no tenemos candidatos, tenemos candidaturas. No hay un cabeza de lista, habrá una lista que además va a ser muy plural.
 
P: ¿Estaría a favor de que Willy Meyer siguiera en esa lista?.
 
R: Yo creo que Willy Meyer ha hecho un gran trabajo, pero repito, la candidatura la elegirá el colectivo y no estamos aún en esa fase. Lo importante ahora mismo es el programa, las alianzas y, después, elaborar la candidatura para poner en práctica ese programa.
 
P: ¿Se ha convertido el PCE hoy en una especie de laboratorio de ideas para IU?.
 
R: No es un laboratorio de ideas de IU, el PCE no es ninguna fundación. El PCE es un partido que, salvo en el tema institucional, ejerce todas sus competencias. Es verdad que una labor importante es aportar ideas, no solamente a IU sino también a los sindicatos, a los movimientos sociales... Pero otra parte importante está en el conflicto, nosotros no seríamos el PCE si no estuviésemos en las huelgas generales, en las mareas o en los barrios. Eso es fundamental, no sólo aportar ideas, hay que estar en el tajo.
 
P: ¿El debate 'IU sí, IU' no está cerrado del todo?.
 
R: Sí, pero más que cerrado, es un debate superado. En este Congreso vamos a plantear de hecho que todos los militantes del PCE estén en IU. Hace cuatro años hubo una apuesta valiente cuando decidimos mantenernos dentro de IU hoy la realidad nos ha dado la razón.
 
P: ¿Y las disputas han terminado?.
 
R: No, pero están en otro nivel. En cualquier colectivo humano hay tensión, pero sí es verdad que hoy estamos muy a gusto en IU y que no hay ninguna confrontación dramática. Esto no quiere decir que no haya debate, el propio funcionamiento de la Izquierda Plural ayuda y creo que demuestra que la izquierda puede trabajar junta, incluso cuando éramos gente que hace ocho años estábamos peleándonos. Desde luego el dramatismo de los debates se ha terminado, no digo que no haya disputas, pero el dramatismo sí ha terminado.
 
P: ¿Entonces qué opina de lo que está pasando en la Federación de Izquierda Unida en Madrid? ¿Qué responsabilidad tiene el PCE en ello, si es que cree que tiene alguna?.
 
R: Todos tenemos responsabilidades pero hay que resolver los conflictos por la vía del diálogo y del acuerdo. En eso vamos a trabajar y en eso voy a trabajar.
 
P: ¿Se compromete personalmente a trabajar por resolver la situación?.
 
R: A trabajar en función del acuerdo y de la síntesis porque todo el mundo se referencia hoy en la dimensión federal. Yo sé que se arrastran años de divergencias pero hay que superarlos desde lo positivo porque hay muchas más cosas que unen a la gente de IU en Madrid que las que los separan. Y sobre todo hay mucha gente en la calle esperando a que hablemos de política y no de nosotros mismos.