31 julio 2015

Grecia: una desastrosa capitulación.

Costas Lapavitsas, diputado de Syriza y profesor de Economía en Londres.


El gobierno de Syriza acaba de firmar un nuevo acuerdo de rescate. Es un acuerdo muy malo por evidentes razones que voy a enumerar.
 
Para empezar, es un acuerdo recesivo. Va a hundir a la economía griega en la recesión porque los aumentos de impuestos se elevan al 2% del PIB. Afectan sobre todo al IVA, impuesto indirecto sobre productos que principalmente consumen los trabajadores. Pero afectan también a las empresas y en primer lugar a las pequeñas y medianas, que siguen siendo la columna vertebral de la economía griega. Aunque, sin duda, el sector más afectado por el aumento es la agricultura: el impuesto sobre la renta de los agricultores se va a duplicar, se van a ver sometidos a nuevas obligaciones.
 
Se trata de medidas incontestablemente recesivas. Llegan en un momento en que la economía griega se tambalea al borde del precipicio y no hay ninguna duda de que la van a hacer caer en la recesión.
 
En segundo lugar, el acuerdo contiene medidas claramente no igualitarias que van a exacerbar las desigualdades del país. No dejéis que nadie os convenza de lo contrario: el grueso de la recaudación fiscal vendrá de los impuestos indirectos, y ya se saben que son un factor de desigualdad. Las desigualdades van a aumentar porque las medidas imponen quitar 800 millones cada año de las pensiones. Supondrán una carga adicional para los pensionistas que, en general, ya se encuentran en las capas más pobres de la población. Y sin duda las desigualdades van a aumentar porque el paro va a crecer este año, y también el próximo.
 
El acuerdo es malo porque no remediará en nada el problema de la deuda del país. No prevé una reestructuración de la deuda. Va a reemplazar una categoría de duda por otra. Podría provocar una mejora marginal en los índices de interés y el escalonamiento de la deuda. Pero sin duda se va a aumentar en una cantidad de 20 a 25 mil millones, para recapitalizar los bancos. Según el FMI, la ratio de deuda sobre el PIB debería sobrepasar el 200% el año que viene. Y eso es probablemente lo que va a suceder.
 
En cuarto lugar, el acuerdo no prevé absolutamente nada para el desarrollo del país. El “paquete” de 35 mil millones de euros simplemente no existe. Esa cantidad ya se le ha entregado a Grecia en los diversos fondos. No sabemos ni cuando, ni como, recibirá al país “dinero fresco”. Nada, pues, en materia de desarrollo.
 
Finalmente, el acuerdo es claramente de tipo neocolonialista. El gobierno de izquierda ha firmado un acuerdo neocolonial, por varias razones. Me centraré en tres: para empezar, el acuerdo prevé la creación de un fondo de privatización de 50 millones de euros bajo control extranjero, que tendrá la misión de vender bienes públicos. Los primeros 25 mil millones irán destinados a los bancos. Si después queda algo –y no quedará nada porque nunca se alcanzarán los 50 mil millones-, servirá para pagar la deuda y, quizá, para hacer inversiones. En consecuencia, el fondo venderá todo cuanto pueda vender para recapitalizar los bancos. Acabamos de aceptar vender las joyas de la familia para recapitalizar algunos bancos griegos que están en quiebra.
 
También hemos aceptado llevar a cabo reformas en la administración pública bajo la dirección de la UE. Hemos aceptado someternos a un control que no solo será muy severo, sino que se prolongará durante mucho más tiempo que los 3 años que durará el acuerdo.
 
En mi opinión, este acuerdo representa una capitulación desastrosa. No es Brest-Litovsk. Quienes lo creéis, estáis equivocados. No se trata de ganar tiempo para asentar el poder bolchevique en Moscú y Leningrado. No se trata de ganar tiempo, porque no hay nada que ganar. De hecho, el tiempo juega a favor del enemigo. No es una maniobra táctica.
 
El acuerdo equivale a meter al país en una vía que no tiene más que una salida. Una salida que no sirve a los intereses del pueblo. En cuando a saber quien es el auténtico vencedor del acuerdo, es evidente. Tenéis delante al vencedor: es la oligarquía que se manifiesta en los medios de comunicación de masas. He aquí por qué los medios están exultantes y celebran la victoria. A veces, la realidad es exactamente lo que parece. Es inútil rascar en la superficie. Si leéis los grandes periódicos y escucháis a los medios, sabéis quien ha ganado.
 
El producto de un error estratégico
 
¿Por qué, entonces? ¿Por qué esta capitulación? ¿Por qué hemos llegado hasta aquí tras el gran entusiasmo de hace seis meses, tras el fuerte apoyo que hemos recibido de las movilizaciones de las bases, en este país y en Europa? ¿Por qué?
 
Para mí, la respuesta es clara. Se ha debido a una mala estrategia, una estrategia que fue suficientemente buena para ganar las elecciones pero que se ha revelado desastrosa una vez que Syriza ha llegado al poder. Esta mala estrategia ha durado mucho. ¿Cual ha sido? Es muy simple y se ha formulado explícitamente varias veces. Nosotros haremos un cambio radical en Grecia, un cambio radical en Europa, y lo haremos desde dentro de la zona euro. Esta era la estrategia. Pero eso no es posible. Los últimos meses han demostrado que simplemente no era posible.
 
No es una cuestión de ideología, neoliberal u otra. No es un asunto de reequilibrio de las relaciones de fuerza políticas. ¿Cuántas veces he escuchado hablar de reequilibrio? Y he aquí que el debate vuelve a estar sobre la mesa, que sre vuelve a sacar el argumento: “Esperamos que las relaciones de fuerza cambien en Europa, si Podemos resulta elegido las cosas serán diferentes”. Podríais esperar mucho tiempo. Mucho, mucho tiempo. Porque no es así como cambiará la situación.
 
¿Por qué? Porque la unión monetaria, de la que Grecia forma parte, no es de naturaleza ideológica. Bueno, lo es, pero no se trata únicamente de ideología. Ni de reequilibrio de las relaciones de fuerza. Es un mecanismo institucional. Cuanto antes lo entiendan los griegos, mejor para todos. Tenemos un asunto con un mecanismo institucional, con una unión monetaria, con un conjunto jerárquico que actúa en interés de las grandes empresas y de un pequeño número de países miembros. Esta es la naturaleza de la Unión Económica y Monetaria.
 
Históricamente, esta Unión monetaria ha fracasado. En Grecia, su fracaso es patente, ha arruinado el país. Y cuando más se acerca Grecia a su lugar en el seno de la Unión, más destruye a su pueblo y su sociedad. Es un hecho que la historia de las uniones monetarias ha establecido desde hace mucho tiempo. El problema es que, una y otra vez, la gente se niega a ver la realidad de frente.
 
La cuestión del dinero
 
Permitidme una digresión sobre la cuestión del dinero; después de todo me dirijo a un público universitario ya hace treinta años que estudio el dinero. El dinero es naturalmente el equivalente universal. La mercancía de las mercancías. Soy bastante tradicionalista a este respecto.
 
En su forma más simple y pura, es una cosa. La mayoría de la gente considera que el oro es el dinero. En algunos casos, todavía es cierto. Pero cuando es una cosa funciona de forma ciega y automática, como hacen todas las cosas. Y es objeto de la cosificación. Las relaciones sociales se encarnan en esta cosa; de forma ciega y automática, la sociedad se somete a esta cosa. Lo sabemos desde hace mucho tiempo, Keynes hablaba de la esclavitud del metal amarillo.
 
Naturalmente, el dinero moderno no es una cosa de este tipo. Sigue siendo una cosa, pero no una cosa que tiene forma de mercancía producida. Está controlado. Sigue siendo dinero, pero está controlado. Controlado por instituciones, comités, mecanismos, toda una jerarquía de relaciones. Esta jerarquía y este marco producen la cosificación, que difiere de la del oro. Lo que cosifican estas instituciones es la práctica. La ideología y los intereses de clase se cosifican en la práctica, en la propia institución.
 
Y esto es lo que la izquierda, en Europa y en Grecia, ha sido incapaz de comprender: los mecanismos de la Unión económica y monetaria son una práctica de clase cosificada. Y eso es todo. No podéis transformarlas porque hayáis ganado una elección en Grecia. Es imposible. No podéis cambiarlas porque Podemos llegue mañana al poder en España. No es posible. Por tanto, una de dos: o destruís este edificio o lo aceptáis tal como es. Ahora ya tenemos la prueba irrefutable.
 
Un programa radical supone un plan de salida del euro
 
Pero la verdadera pregunta es la siguiente: ¿Qué hacemos ahora? Voy a decíroslo y, en este punto, mi práctica tiene valor de prueba. La única postura coherente en el Parlamento durante los últimos días –coherentes con dos cosas: el mandato electoral recibido por Syriza el 25 de enero y el referéndum en el que el pueblo ha dicho claramente no al plan de rescate-, la única postura coherente con las expresiones de la voluntad popular, era decir No, en lugar de Si.
 
No es un asunto de conciencia moral. Yo respeto la conciencia de todos, comprendo la dificultad moral por la que ha pasado cada diputado, cada miembro de Syriza, cada ciudadano griego. Pero no es una cuestión moral. No sugiero en absoluto que el “no” sea moralmente superior al “si”. Quiero que quede muy claro. No se trata de moral sino de juicio político.
 
Lo que cuenta aquí es la política, y la orientación política justa que había que adoptar era decir no. Era la única opción que permitía seguir siendo coherente con la voluntad popular, con las promesas que hicimos al pueblo y con las medidas que podíamos adoptar en el futuro.
 
Si la orientación adoptada se mantiene, el « si » nos hundirá presumiblemente en graves dificultades. Inmensas dificultades por las razones expuestas, que se refieren al contenido del acuerdo. No es posible aceptar este acuerdo y transformar Grecia. No será posible porque el acuerdo contiene mecanismos de control muy duros. Esas personas del extranjero no son idiotas, saben exactamente lo que pasa. E impondrán condiciones, regulaciones, mecanismos de control que impedirán a Syriza adoptar medidas que vayan en el buen sentido al que muchos aspiran.
 
La prueba del pastel es que se come. Ya están exigiendo la retirada de la mayor parte de las leyes que hemos aprobado en los cinco últimos meses, en interés de los trabajadores. Y las retiraremos. Nos obligan a hacerlo. ¿Imagináis que a partir de ahora se vana poder aprobar otras medidas legislativas radicales? ¿En qué planeta vivís? Es imposible. No será posible.
 
Dar marcha atrás al acuerdo apoyándose en el No del referéndum
 
Entonces, ¿qué vamos a hacer? Tenemos que dar marcha atrás a la aceptación del acuerdo. Y concebir un programa radical compatible con nuestros valores, objetivos y el discurso que hemos mantenido durante todo este tiempo, desde hace varios años. Y este programa radical es imposible sin una salida del euro. Lo único en lo que debemos realmente trabajar es en el desarrollo de un plan de salida del euro que nos permita llevar a cabo nuestro programa. Es tan evidente que me siento estupefacto de ver que todavía no se ha comprendido, tras cinco meses de fracaso de las negociaciones.
 
¿Tenemos las fuerzas necesarias para hacerlo? Si. Si, porque el referendum, donde el “no” triunfó de manera inapelable, ha demostrado dos cosas: para empezar, que el euro es un asunto de clase. No es una forma impersonal de dinero. Como ya he dicho, cristaliza y contiene relaciones de clase. Y la gente lo ha entendido instintivamente: los ricos votaron “si”, los pobres votaron “no”. Es todo.
 
La segunda cosa demostrada por el referendum es que representa un enorme cambio: por primera vez desde hace cinco años, la juventud griega se ha expresado. Éramos muchos los que esperábamos que lo hiciera, y finalmente lo ha hecho. Y la juventud, esta juventud tan vinculada a Europa, tan educada, sin duda tan alejada de todos los dinosaurios que aun creen en Marx y sus consortes, esta juventud griega que disfruta de los programas Erasmus y que viaja por todas partes, ha dicho no en un 80%. He aquí la base para una orientación radical, y para una reorientación de Syriza. Si decimos si, si mantenemos el si, perdemos a los jóvenes. Tengo la más absoluta certeza.
 
¿Como organizar una salida del euro?
 
¿Cómo iniciar esta nueva orientación? ¿Es algo imposible? No imaginéis que no existan planes para salir de esta desastrosa unión monetaria y poner en marcha una estrategia radical. Existe un plan, solo que nunca se ha utilizado. Nunca se ha desarrollado, estudiado en profundidad. Para ponerlo en táctica hay que desarrollarlo y se necesita, por encima de todo, voluntad política.
 
Este plan, en forma de hoja de ruta, contendrá algunos puntos muy claros.
  • En primer lugar, impago de la deuda nacional. El impago es el arma de los pobres. Grecia no debe pagar. No existe ninguna otra puerta de salida. El país está aplastado por su deuda. Un impago será pues un primer paso hacia una quita profunda de la deuda.
  • En segundo lugar, nacionalización de los bancos. Nacionalización eficaz de los bancos. Con esto quiero decir que se nombrará un comisario público y un grupo de funcionarios y tecnócratas que saben como se hacen estas cosas. Se les pedirá que dirijan los bancos y licencien a los actuales equipos directivos. Esto es lo que hay que hacer, sin la menor duda. Y, en consecuencia, cambiaremos la estructura jurídica de esos establecimientos. Es una cosa muy fácil. Los bancos seguirán funcionando en un régimen de control de capitales. Y así habremos hecho la mitad del camino para salir de esta catastrófica unión monetaria. Pero será necesario crear un control adecuado de los bancos y los capitales, no el lamentable control que hemos visto en las dos últimas semanas. Esto deberá permitir que trabajadores y empresas recuperen su actividad normal. Es posible, es algo que se ha hecho ya en varias ocasiones.
  • En tercer lugar, conversión de todos los precios, de todas las obligaciones, del conjunto de la masa monetaria en la nueva divisa. Se puede convertir todo lo que depende del derecho griego. Los depositarios perderán una parte de su poder adquisitivo, pero no en el valor nominal de sus depósitos. Y ganarán porque también disminuirá el poder adquisitivo de su deuda. Por tanto, la mayoría saldrá ganando.
  • En cuarto lugar, organización del abastecimiento de los mercados protegidos; petróleo, productos farmacéuticos y alimentos. Es perfectamente posible definiendo un orden de prioridades y haciéndolo un poco por adelantado, y no en el último minuto. Es evidente que si se piensa poner todo esto en marcha el lunes por la mañana y se comienza a pensar en ellos el domingo, será un asunto difícil. Estoy de acuerdo en esto.
  • Finalmente, determinar como se puede aliviar la presión en los tipos de cambio. Probablemente, el tipo de cambio primero caerá y después remontará; es lo que pasa normalmente. Se estabilizará en un nivel devaluado. Pienso que al final habrá una devaluación del 15 al 20%. Hay que saber, por tanto, como se puede controlar esa situación.
¿Cuales serán los efectos de la salida del euro?
 
¿Qué pasará si iniciamos este camino? para empezar, hay que prepararse técnicamente y, sobre todo, hay que preparar al pueblo, porque hacerlo es imposible sin contar con él. Bueno, esto no es del todo cierto: se puede ignorar al pueblo, pero en ese caso hay que sacar los tanques a la calle. Se puede hacer eso, pero no es la orientación de la izquierda. La izquierda quiere lograrlo con la participación del pueblo, queremos liberarle de esta forma, queremos hacerle participar.
 
¿Qué pasará si iniciamos este camino? Yo he visto simulacros y modelos econométricos del efecto que podría tener sobre el PIB, los precios, etc. Son cosas muy útiles e interesantes de leer. Pero, en este caso, los simulacros no tienen el menor valor. ¿Por qué? Porque, por esencia, el simulacro y la econometría se basan en la conservación de las características estructurales del modelo. Si no, el simulacro es imposible. Y, en este caso, nosotros transformamos la estructura. Es un cambio de régimen. O, por decirlo de otra manera, si alguien decide volver a cultivar su viña ¿Cómo prevenir los efectos?. Eso es lo que va a pasar. Se va a producir un cambio estructural. Por tanto, las previsiones cifradas no valen gran cosa. No creáis a quienes dicen que habrá una recesión del 25%, una contracción del PIB del 50%. La verdad es que no saben nada. Se sacan las cifras del sombrero.
 
Lo mejor que puede hacerse en estas condiciones es concebir anticipaciones razonablemente basadas en experiencias anteriores, y en la estructura de la economía griega. Imagino que si iniciamos este camino preparados entraremos en recesión. Será difícil. Probablemente durará varios meses, la caída al menos durará varios meses. Pero si me baso en la experiencia monetaria, no creo que esa situación dure más de seis meses. En Argentina duró tres meses; después, la economía se puso de nuevo en marcha.
 
Por tanto, la contracción durará varios y luego la economía se volverá a poner en marcha. En cambio, es probable que haya que esperar más tiempo para volver a tener índices de crecimiento positivos porque el consumo, la confianza y las pequeñas y medianas empresas sufrirán sin duda un shock importante. Supongo que volveremos a índices de crecimiento positivos al cabo de 12 a 18 meses.
 
Pienso que, una vez que el país salga de ese período de ajuste, la economía alcanzará índices de crecimiento rápidos y sostenidos. Por dos razones. Primero, la reconquista del mercado interior. El cambio de divisa permitirá que el sector productivo reconquiste el mercado interno, volver a crear oportunidades y actividades, cosas todas ellas han ocurrido cada vez que se han producido acontecimientos monetarios de esta amplitud. Y un gobierno de izquierda favorecerá la recuperación, para que sea más rápida y más sólida. En parte porque probablemente la exportaciones se van a volver a poner en marcha; y en parte porque se creará un programa sostenido de inversión pública que favorecerá también la inversión privada y generará crecimiento durante varios años. Estas son mis previsiones. Aquí no tengo tiempo para desarrollarlas.
 
El camino de la sabiduría…
 
Me gustaría añadir dos cosas. No se trata de una salida de Europa. Nadie defiende esa idea. No hay que confundir el euro, la Unión Económica y Monetaria, con Europa, ese valor desencarnado que lleva tanto tiempo atormentándonos. Aquí hablamos de salir de la unión monetaria. Grecia seguirá siendo miembro de Europa y de las estructuras europeas mientras el pueblo griego lo quiera. Esta estrategia se dirige, por el contrario, a liberar a Grecia de la trampa que constituye la unión monetaria, a permitirle recuperar un crecimiento sostenido y una justicia social, a cambiar la relación de fuerzas en beneficio de los trabajadores del país. Lo siento pero no hay otra estrategia. Imaginar lo contrario es perseguir quimeras.
 
Ignoro si Grecia optará por esta estrategia. Recientemente he leído una frase muy interesante, atribuida a un primer ministro israelí. Decía que las naciones toman el camino de la sabiduría, pero solamente tras haber intentado todos los demás. La vía de la sabiduría es la de la salida del euro, y el cambio social. Espero que Syriza lo comprensa y diga No. Que no firme el acuerdo. Que vuelva a sus principios radicales y a sus valores radicales. Que haga una nueva propuesta a la sociedad griega y se comprometa en el camino de la sabiduría.