16 julio 2014

¿Por qué quiere demoler el PP a Izquierda Unida? ¡Es la restauración, estúpidos, la restauración!

 Manolo Monereo.

“El poder constituyente que nosotros defendemos busca construir un sujeto político capaz de definir las condiciones que hagan posible una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales. A esto siempre se le ha llamado Constitución republicana y Estado de derecho”.

Me asombra que estas cosas sigan asombrando. Veo a tantos compañeros sorprendidos e indignados ante los ataques injustos y cobardes del PP contra IU que me llevan a la conclusión de que muchas veces no sabemos, mejor dicho, no somos plenamente conscientes de las cosas que decimos y hacemos.

Que el PP aproveche su la mayoría conservadora en la Cámara de Cuentas para expedientar a IU no debería asombrarnos, tampoco que medios tan “independientes y objetivos” como El País, nos dediquen, después de tantos meses o años, una pagina impar completa comentando la excepcionalidad del tema. Somos visibles para lo peor. Luchar por la ruptura y por los de “abajo” tiene estos costes.

Que el especialista consumado en financiación ilegal y en corrupción política, el PP, expediente a IU por supuestas irregularidades formales en sus cuentas tiene que ver, como no, con nuestra sistemática denuncia de la corrupción, con nuestra personación en el “asunto Barcenas”, con la querella contra los gestores de Bankia y, mucho más cercanamente, por nuestra petición de dimisión por nepotismo del mismísimo presidente de la mencionada Cámara de Cuentas. La respuesta no se ha hecho esperar: expediente y ventilador. Idea: todos somos igual de corruptos.

Hay que ir, aquí también, más allá de lo inmediato y de lo aparente. El PP, los poderes reales económicos y mediáticos, van contra IU, porque esta no aceptó ni acepta un nuevo pacto, una nueva “transacción”, para impulsar una enésima restauración monárquica, que tenía en su trasfondo el borrón y cuenta nueva con los múltiples casos de corrupción. Al negarse IU, el PSOE, tuvo que pensárselo y actuar con mayor comedimiento como se ha visto en la “dimisión en diferido” de Rubalcaba.

El gobierno sabe —los “cloacas” del “doble Estado” están funcionando a tope— que desde casi siempre IU, sus activistas y militantes, están presentes, son actores destacados (no los únicos, nunca lo olvidamos) en las luchas sociales y en las movilizaciones ciudadanas.

La prioridad ha sido y es el conflicto, para desde él ir trenzado una estrategia unitaria de amplio espectro, muchas veces dando un paso atrás hasta hacernos, si no invisibles, sí opacos. El poder lo sabe y no se deja engañar por las apariencias, más bien tiende a usarlas, contra el movimiento de masas unitarias y mayoritarias que IU intenta impulsar.

IU ha ido, esta yendo, más allá de sí misma. En las elecciones europeas, mejor dicho, de la Unión Europea, ya fuimos en una amplia coalición, pero nos faltó audacia y así ha sido reconocido.

Ahora se trata de dejarse enseñar por la vida y no perder el norte. Este está claro y los ataques de los enemigos nos dicen que estamos golpeando donde más les duele.

Simplemente, tenemos que dejar de ser ingenuos: luchar por la apertura de un proceso constituyente, defender los derechos sociales y laborales, oponerse a la Europa alemana, defender la soberanía popular es luchar contra el poder, el poder de verdad y eso obliga, insisto, obliga a construir un poder “otro”, un (contra-) poder. Todo lo demás es mala literatura y pésimo concepto. No es tiempo de pusilánimes.

Situar a Alberto Garzón al frente de la política unitaria y de la propuesta constituyente es una señal de que aprendemos, de que tenemos ojos y oídos y de que rectificamos, señal inequívoca de una fuerza con futuro. Ante la presencia de Podemos no nos replegamos y no nos equivocamos de enemigo. No hay movimientos sin cuadros y sin organización; necesitamos mucho, muchísimo, de ambas cosas, situando siempre la política en el puesto de mando.

No debemos engañarnos con el cuento de la lechera de los “medios de manipulación social”. La partida es y va a ser muy dura. El nuevo monarca es muy débil y el proceso de transición a un nuevo régimen no ha hecho otra cosa que comenzar.

El peligro es el transformismo. ¿Cómo definirlo aquí y ahora? Se trata de usar el impulso, la demanda de cambio para modificar el sistema político en un sentido contrario a las aspiraciones populares.

Desde el 15M el centro ha sido “democratizar la democracia”, asegurar el autogobierno del pueblo por el pueblo. Pablo Iglesias ha sabido definir eso en el imaginario social: ellos (la casta) y nosotros (el pueblo). Esto es justo: la crisis de régimen es siempre una crisis de representación y la llegada de una nueva clase política. Transformismo, en este contexto, significa cambiar todo y de forma radical hacia peor partiendo de lo mejor. Expliquémonos.

Poner el acento en los procedimientos y no en los contenidos de la democracia conlleva riesgos ineludibles. ¿Cuál es el problema de esta clase política? Que se ha convertido en casta. ¿Por qué? Porque ha perdido cualquier autonomía del poder económico, que son los que mandan y los que corrompen.

La casta es el efecto y no la causa. Por eso el enemigo es algo más que la casta, es el complejo económico-mediático- político que dirige el país, el nuestro y al otro, el que dirige el inefable Cebrián de las cavernas, y que desde siempre nuestro padre Joaquín Costa llamó oligarquía a unos y a otros caciques especializados en conseguir votos.

La propuesta de Rajoy de cambiar la elección de los alcaldes es claramente oportunista, pero tiene mucho que ver con la tentativa transformista. So pretexto de acercar la política a los ciudadanos se defienden circunscripciones electorales uninominales y sistemas mayoritarios, para democratizar el sistema y acabar con los privilegios de los políticos se pone fin a la financiación publica de los partidos y para evitar la corrupción se privatiza lo público y las instituciones económicas pasan a manos de supuestos expertos neutrales y profesionales.

Más allá, para democratizar los partidos, se potencian las organizaciones locales y se liquidan de paso las arcaicas organizaciones ideológicas, sustituidas por políticos funcionales, ligados a los poderes realmente existentes, es decir, las empresas y los grupos mediáticos.

Al final, emerge la (norte-) americanización de la vida pública y el control férreo del poder político por los grupos económicamente dominantes. La supuesta regeneración democrática da paso a la revolución neoliberal. Renzi esta ahí al lado, como quien dice.

Lo que se quiere indicar es que todo proceso de cambio real lleva en su seno, contradictoriamente, peligros restauradores que las fuerzas políticas deben reconocer y evitar. Cuando hablamos de revolución democrática, nos referimos a un proceso de democratización sustancial del poder político, económico, social y cultural.

El poder constituyente que nosotros defendemos busca construir un sujeto político capaz de definir las condiciones que hagan posible una sociedad de hombres y mujeres libres e iguales. A esto siempre se le ha llamado Constitución republicana y Estado de derecho.

Recientemente, con su lucidez habitual, Santiago Alba Rico definía el asunto con mucha precisión: “¿Qué quiere decir Estado de derecho? Quiere decir que toda asamblea ha tenido que decidir previamente, en un proceso constituyente, los límites, éticos y políticos, de cada decisión colectiva. La democracia no es solo decidir en elecciones; es haber decidido ya los principios de nuestras decisiones. Eso se llama Constitución”.

Desde este punto de vista la Constitución a la que aspiramos sería la “hoja de ruta” de la transformación de nuestra sociedad, para realizar aquello de que “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas: remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.”

Seguramente a algunos le sonará: es el artículo 9.2 de nuestra Constitución, que recoge, suavizada, el artículo 3, párrafo segundo, de la Constitución italiana, la célebre cláusula de Lelio Basso. La realidad constitucional ha cambiado tanto que esto nos parece de otro mundo y sin embargo fue un elemento clave del constitucionalismo social fruto de la derrota del fascismo y del ascenso del movimiento obrero y de la izquierda.
 

14 julio 2014

Es tiempo de decirlo: ¡BASTA!


  
Ante el permanente atropello que sufre el pueblo palestino; el asedio de su invasor; el genocidio de su pueblo frente a la complicidad y el silencio de las potencias extranjeras; el avasallamiento de sus derechos más esenciales, como el de la autodeterminación; y los permanentes ataques y humillaciones a los que es sometido, como si la Humanidad no hubiera aprendido la lección con las atrocidades del pasado... es que decimos ¡BASTA!

13 julio 2014

"Intentan intimidarme para que no participe en manifestaciones, pero no lo conseguirán"

  • Daniel Hernando se enfrenta a la mayor multa de España (60.000 euros) y cárcel por participar en un piquete en el año 2012.
  • El informe de la Subdelegación del Gobierno admite que no fue identificado, pero sí reconocido como "un conocido dirigente del PCA".
  • Cuatro policías armados y uniformados se personaron en la sede de IU para notificarle la apertura del procedimiento contra él.
 
Daniel Hernando.
 
Daniel Hernando, secretario político provincial del PCA en Huelva, se enfrenta a sanción y posible pena de prisión. Participó en un piquete en la huelga general de 2012, y ahora puede ir a prisión y pagar una multa de 60.000 euros. Es la doble mayor pena a la que se enfrenta una persona en España por forma parte de un piquete. Su historia está pendiente de saber la pena concreta que propondrá el fiscal, pero pone sobre la mesa que pertenecer a un piquete, hoy día, puede suponer el equivalente a cometer un delito, y no siempre menor.
 
¿Qué delitos se le imputan concretamente?

 Desordenes públicos, coacción y atentado a la autoridad. El relato de los hechos que hace la Subdelegación del Gobierno, además de ser falso es un delirio fantástico propio de una película de acción. En esta historia se incluye literalmente frases como "Daniel Hernando, si bien no pudo ser identificado es conocido sin lugar a dudas ya que se trata de un conocido dirigente del Partido Comunista", frase que parece sacada de los informes de la Brigada Político y Social Franquista. Se me acusa además de dirigir junto al secretario de organización de CCOO una turba que intenta tomar al asalto los edificios públicos no se sabe muy bien con qué fin. Se supone que en toda esta historia reduzco a un policía y trato de sustraerle su arma reglamentaria todo ello a la vista de un amplio dispositivo policial que en ningún momento me impide esto ni me detiene. Son dos dos procesos, uno administrativo y otro penal, que afectan a 14 y a 11 militantes comunistas respectivamente. En estos momentos estamos a la espera de que el fiscal explicite los cargos y al estar inmersos en el procedimiento judicial el proceso administrativo se encuentra paralizado.
 
Con peticiones de pena como la suya ¿siente que algo falla en la sociedad actual?

 Esta petición de pena no surge de la sociedad, no son los ciudadanos y ciudadanas quienes están pidiendo este proceso penal y administrativo contra mí y otros compañeros y compañeras, sino que es el Gobierno Central en manos del PP el que está haciéndolo. Esto es un juicio político contra lo que el régimen entiende que es uno de los núcleos organizadores de la resistencia a su política de recortes sociales, laborales y democráticos en nuestra provincia.
 
¿Cree que se intenta intimidar a determinados sectores para que no salgan a la calle?

 Sí, sin ningún género de dudas. El PP en general y el subdelegado del gobierno en Huelva, Enrique Pérez Vigueras en particular, están desarrollando una estrategia de persecución y represión de la contestación social a sus recortes económicos, sociales y democráticos. Esta represión no me afecta solo a mí, sino que abarca a los nuevos movimientos sociales, el movimiento obrero y en las organizaciones de la izquierda transformadora como el PCE e IU. Debemos entender que lo que está ejecutando este gobierno es un robo de los bolsillos de los trabajadores para dárselos a los grandes empresarios, para poder hacer esto es necesario que la gente tenga miedo y no ofrezca resistencia, y este es el fin que persigue el Gobierno, intimidar con la amenaza de que quienes luchan por sus derechos van a pagar por ello, por lo que es mejor que te quedes en casa y así te puedan contar entre la mayoría silenciosa de la que hablar Rajoy. Como anécdota y demostración de esto, la Subdelegación del Gobierno no me notifica esto mediante una carta, sino que envían a la sede provincial de IU a un retén de cuatro policías uniformados y armados, todo ello para entregarme una carta y que firmara un recibí, si eso no es intentar intimidar no sé qué lo será.
 

¿Se siente impotencia cuando alguien se enfrenta a algo así por participar en una manifestación recogida en la Constitución?

 El bipartidismo ha hecho añicos la Constitución, los artículos que recogen estos derechos son papel mojado, están recogidos en su plano formal pero nada garantiza su aplicación real ni para mí ni para ningún trabajador o trabajadora.
 
¿Por qué siguen siendo necesarios los piquetes informativos?

 Los y las trabajadoras sufren coacciones y amenazas de despido en caso de protestar o unirse a una huelga, estos piquetes patronales deben ser contestados con la presencia de los piquetes informativos para que los trabajadores puedan libremente apoyar la huelga. La clase trabajadora está sufriendo el mayor ataque a sus derechos y condiciones de vida desde la II Guerra Mundial. Las múltiples reformas laborales junto a unos niveles de desempleo como los actuales han generado un marco de poder absoluto del empresario en las relaciones laborales, por eso los piquetes informativos y la acción sindical son más necesarias que nunca.
 
¿Está el movimiento en la calle en decadencia, o en la actualidad es más necesario que nunca?

  No solo no está en decadencia, sino que vivimos el proceso de movilización social más importante desde el final de la dictadura, proceso de movilización y lucha social que cada vez es más amplio y goza de mayor apoyo popular muestra de ello fue la manifestación del 22M en Madrid. Para responder al ataque a nuestras condiciones de vida y conseguir una salida social a la crisis, es más necesaria que nunca la más amplia unidad entre los distintos sectores populares y colectivos afectados por los recortes, unidad que solo es posible en la lucha democrática en la calle, en la movilización social.
 
¿Se le han quitado las ganas de volver a ser parte de un piquete o ha repetido la experiencia?

 No, en absoluto. Sin duda es eso lo que perseguían, no obstante no me voy a dejar intimidar, participaré en toda movilización en el que mi conciencia social y de clase me llame a unirme, el no hacerlo sería traicionarme a mí mismo. Dos figuras claves en mi identidad política e ideológica, Marcelino Camacho y Antonio Gramsci, sufrieron persecución y cárcel por defender la justicia social y los derechos de la clase trabajadora. Si ellos se mantuvieron firmes yo no voy a ser menos.
 
¿Quién le está apoyando en este proceso, y quién le ha dado la espalda cuando lo necesitaba?

 He gozado del apoyo en todo momento de mi familia, amigos y amigas así como del conjunto de la militancia y la dirección de IU y del PCE. Muchos compañeros y compañeras de distintos colectivos sociales se han solidarizado conmigo, en ningún momento me he sentido solo, aunque algunos que hacen gala de su condición de demócratas han guardado un silencio cómplice, de todos modos la historia colocará a cada uno en su lugar.