Uno de los objetivos por los que más estábamos luchando en el Foro por la Memoria de León, que era conseguir el monumento o “capilla laica” en recuerdo de nuestros familiares represaliados en la nefasta contienda y en la no menos trágica posguerra, está ya en marcha. El Pleno del Ayuntamiento de León aprobó, por unanimidad –y esto es muy importante, ya que ningún grupo político se opuso-, la ejecución y financiación del monumento presentado a tal fin por nuestro Foro. Se trata, como decíamos antes, de una capilla laica, abierta, de una longitud de unos 35 metros, constituida principalmente, por dos muros de hormigón, casi convergentes y un suelo entarimado en su totalidad, que configurarán un espacio íntimo de meditación y recuerdo. Con esas dos características, que sintetizan el monumento y el espíritu con el que nace el reconocimiento, se levantará en el cementerio de Puente Castro -sobre la fosa común donde quedaron sepultados los cuerpos de las personas fusiladas- el testimonio del pueblo de León hacia «aquellos hombres y mujeres que perdieron la vida por defender la legalidad democrática», como reza el texto de la moción aprobada en el Ayuntamiento.
En sus dos paredes interiores se colocarán las fichas (datos personales de las personas represaliadas: nombre, fecha y lugar de nacimiento, etc.) sobre ocho hileras horizontales de metacrilato, que tendrán su propia iluminación. En uno de los muros exteriores se incluirán, en chapa de acero, diversas figuras entrelazadas que representan a nuestros homenajeados que van desapareciendo suavemente bajo la tierra, para reaparecer unidos por el acero fundido en un árbol de metacrilato blanco. La capilla laica, en la que habrá tres bancos de hormigón, se centrará en una escultura, en el lado opuesto a la entrada, realizada en barras de metacrilato transparente que superarán la altura de los muros; aunque no podéis apreciarlo en la fotocopia que se os adjunta, estas tres barras coinciden con los tres colores (rojo, amarillo y morado) de nuestra querida bandera republicana, simbolizando así las ideas por las que lucharon nuestros seres queridos.
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