28 abril 2011

Manifiesto del Comite de España del Partido Comunista Peruano, ante las próximas elecciones en Perú

Los campos están delineados y no es casual que, en la actual coyuntura política que nos toca vivir en el Perú de abierta confrontación electoral, los deslindes se hayan desarrollado mucho antes de la campaña. Las cartas estaban en pugna abierta entre el autoritarismo corrupto y la democracia nacional, optar por la derecha ultramontana o el progresismo nacionalista. Los componentes del variopinto frente derechista estaban por demás prevenidos, pues el pueblo peruano los había notificado en sendas jornadas de lucha y en las últimas elecciones municipales al Concejo Metropolitano de Lima. No se debe olvidar que el 75% de ciudadanos consultados a nivel nacional mostraban su repulsa al modelo económico neoliberal.

El pueblo peruano con el frente Gana Perú, encabezado por Ollanta Humala, concierta con este sentir popular y nacional. El pulpo neoliberal y sus múltiples tentáculos representados ahora por la ex primera dama de la oprobiosa dictadura fujimontesinista, Keiko Fujimori, pretende el gobierno para continuar solventando al repudiado, fracasado y corrupto sistema de capitalismo salvaje hoy en crisis sistémica a escala planetaria. La derecha y sus medios oscurantistas pugnan por mantener el sistema de explotación que abrió las puertas a la anti patria y remató impunemente el patrimonio de todos los peruanos bajo la imposición golpista y la tutela de un grupo de militares corruptos, políticos y empresarios representantes de la oligarquía rentista al servicio de los monopolios que operan en nuestra patria. Al amparo de la dictadura se arrebataron los derechos fundamentales de los trabajadores, se rindió culto al libre mercado y los seres humanos pasaron a formar la parte descartable de las mercancías.

El Perú fue testigo del peor proceso desnacionalizador de su historia. En nombre de la “modernización”, “post modernización”, “reconversión industrial”, “privatizaciones”, “concesiones” y otros epígrafes, pretextaron que el Estado era incapaz de administrar con éxito la gestión pública empresarial. Más de 100 empresas, propiedad del Estado, fueron rematadas. Se calcula que el producto de esas ventas fue de 11,000 millones de dólares, suma que no representa el real valor de las empresas, la mayoría de ellas exitosas. Actualmente se investiga donde fueron a parar 6,000 millones de dólares, pues no figuran en las arcas del Estado. El condenable golpe perpetrado por Fujimori impuso la desnacionalización de nuestra industria estratégica, nuestra patria perdió sus telecomunicaciones, su sector minero, parte de su petróleo y de sus empresas de energía eléctrica, su marina mercante, su línea aérea, por consiguiente, su cielo.

No se llevaron el agua porque les faltó tiempo para invertir dineros públicos en su modernización para luego entregarla a la voracidad empresarial. En ese período estuvo en peligro la Educación, que también intentaron privatizarla, así como la Salud Pública y la Seguridad Social. Fueron los trabajadores dirigidos por la CGTP, Confederación General de trabajadores del Perú, que en memorables jornadas de lucha lograron impedirlo convirtiéndose además en bastión fundamental para la derrota del oprobioso
régimen fujimontesinista. Pedro Huilca Tecse, su Secretario General, fue asesinado a manos del comando criminal Colina que dirigían, felicitaban y financiaban secretamente con dineros del Estado el dictador Fujimori y Montesinos. Nuestra soberanía fue hecha trizas al amparo de seudo teorías escritas por gurús capitalistas que auguraban el fin de los estados nación; para los neoliberales globalizados vivíamos el fin de las ideologías y del socialismo, pues habíamos arribado a la “era del conocimiento”, que desconocía el curso de la historia reciente y sus logros y, para colmo, era la fase que condenaba a la desaparición de la clase obrera. Para la ultraderecha y sus agoreros, aquellos que no comulgaran con sus ruedas de molino, eran simplemente dinosaurios. Los peruanos asistimos al gobierno más corrupto, antinacional y criminal de toda la historia republicana.

Solo por estos aspectos señalados tenemos la obligación moral de acabar con ese lastre histórico y enrumbarnos concertadamente a un nuevo modelo republicano. Naturalmente que la anti patria se opone tajantemente y levanta un nubarrón oscuro de miedo, tratando de ocultar sus crímenes, pues requiere de un modelo de estado que no sea gestor de sus recursos estratégicos, no regulador, no tuitivo en defensa y que no proteja a los trabajadores como el sector más débil en las relaciones laborales. Por el contrario pretenden la privatización de todos los sectores productivos del país y mantener el actual sistema de explotación y la actual legislación laboral que atenta contra derechos fundamentales de los trabajadores y trabajadoras peruanos. La derecha “peruana”, que de peruana no tiene nada, es muda y sorda al clamor de la patria. No debemos olvidar que nuestro insigne José Carlos Mariátegui le negó carácter nacional a esa burguesía apátrida que se comportaba en la teoría y la practica como feudal pro imperialista.

Como resultado de más de veinte años de neoliberalismo, nuestro país sufre de pobreza endémica. Los datos estadísticos hablan: Apurímac y Huancavelica superan el 70% de pobreza, Puno, Huánuco y Ayacucho el 60%, Amazonas, Loreto, Pasco, Cusco y Cajamarca superan el 50%. Los peruanos son testigos del enriquecimiento irracional de las empresas mineras quienes obtienen sobre ganancias por la extracción de nuestros recursos no renovables negándose al justiprecio por la extracción de nuestras riquezas. Deja a cambio míseras cuotas, a modo de óbolos, contando con el beneplácito del gobierno actual y amparándose en contratos firmados por la dictadura fujimorista. Algo similar ocurre con nuestro petróleo, los peruanos compramos, nuestro propio recurso, la empresa contratista que lo extrae luego nos lo revende a precio del mercado mundial, no al valor del costo productivo que sería un 50% más barato.

Pagamos el petróleo y sus derivados más caros de Latinoamérica. El próximo gobierno de Ollanta Humala deberá reparar soberanamente el daño causado a nuestra patria, sancionando ejemplarmente, a quienes negociaron a favor de sus bastardos intereses y de grupos de poder.

El pueblo peruano es testigo del enriquecimiento voraz que nada le interesa el daño irreparable que se le causa a nuestro equilibrio ecológico, de ello dan cuentan la sangre derramada en Bagua y muchas regiones de nuestra patria. No debemos olvidar que el señor Alán García Pérez se atrevió a lotizar el país y ha comprometido gran parte de nuestro territorio mediante concesiones dolosas para fines de explotación minera, petrolera y agroindustria. Este sector empresarial, agro-industrial, es protegido por leyes “promotoras de inversión”; mientras estos mismos empresarios dan un trato de semi esclavitud a sus trabajadores, privando y recortando sus derechos fundamentales. No existe poder del Estado que ampare y proteja, existe estado para imponer la más cruel y burda explotación en “modernos latifundios” cuyas relaciones laborales poco o nada deben envidiar a las del siglo XVIII. Un “moderno” gamonalismo se cierne en nuestra patria.

Y el señor Alan García, el mal perro del hortelano ahogado en faenones y lotizando el Perú, se alista para abandonar el gobierno luego de cinco años donde campeó la corrupción y gobernó abiertamente al servicio de los grandes intereses capitalistas. Deberá dar cuenta al pueblo peruano por los crímenes cometidos, por la corrupción generalizada, por el entreguismo lesivo al interés patrio, por atentar contra la seguridad nacional entregando puertos, aeropuertos, minas, gas, bancos, empresas de servicios a la voracidad de inversores extranjeros en particular de capitalistas chilenos.

Creen que nuestro pueblo no guarda amor a la patria, que no tenemos memoria y que pueden tratarnos como mendigos sujetos al más demagógico de los asistencialismos. Nuestro pueblo sacará fuerza e inteligencia, que nunca le faltó, para derrotar en las urnas del próximo 5 de junio a quienes lo menosprecian. El clamor por el cambio viene de lejos, gran parte de nuestro continente vive horas de recuperación nacional y de soberanía, hechos que se comprueban en bienestar y desarrollo de esos pueblos: Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Uruguay, Brasil. Argentina y Paraguay. El Perú se pone en la antesala de un orden nuevo bajo el influjo de Ollanta Humala con la confluencia de Gana Perú y de la izquierda peruana que lo fortalece. Un eventual gobierno, en el supuesto negado, del fujimorismo acarrearía a nuestro país a un estado de zozobra permanente y una real desestabilización. Nuestro pueblo está advertido, por las pruebas que la historia reciente nos entrega, de la corrupción y el crimen implementado en nuestra patria por la camarilla siniestra del fujimontesisnismo, parte de la cual, cumple condena en las cárceles de nuestra patria. Los horrores cometidos son hechos que nos causan oprobio y vergüenza. Nuestra patria dará al mundo un ejemplo de recuperación moral y de ética patriótica. GANARÁ EL PERÚ SI VOTAS POR GANA PERÚ


Partido Comunista Peruano en España.

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