17 junio 2011

Operación Pinza.

Por Italo Sánchez
Partido Comunista peruano

El poder económico, ni tonto ni perezozo, ha empezado a digerir la derrota electoral sufrida en los comicios presidenciales y casi inmediatamente han comenzado a explorar los caminos, para primero neutralizar y luego impedir que Ollanta Humala cumpla con sus compromisos electorales.

Recurriendo a ese viejo proverbio “si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él”, los dueños del capital creen que por algunos de los dos medios pueden doblegar el espíritu de cambio que Ollanta encarna.

En el recuerdo queda lo sucedido con Fujimori. Luego de su inesperado triunfo electoral, Alberto Fujimori se refugió en el pentagonito, lugar donde se empezo a fraguar la alianza entre Fujimori, los altos mandos militares y los grupos de poder económico para imponer el proyecto neoliberal que había sido derrotado en las ánforas electorales.

Los grupos de poder económico saben que en política lo que define el curso de los acontecimientos son las correlaciones de fuerzas. De ahí que los derrotados en las elecciones hicieran su primera demostración de poder con el lunes negro, en donde una corrida bursatil hizo caer las acciones en la bolsa de valores de Lima en un 12%.

El mensaje político de esa movida económica era implícito: no vamos a permitir cambios en el modelo económico.

Paralelamente a ello, dirigentes de la CONFIEP y de la Sociedad de Industrias, luego de la reunión protocolar que tuvieron con el electo presidente de la república, expresaron en tono conciliador su disposición a colaborar con el nuevo gobierno, siempre y cuando se mantenga invariable el modelo económico. Y para ello exigieron que el nuevo Ministro de Economía y Finanzas cuente con el visto bueno de la CONFIEP y la SNI.

Otras más audaces como Lourdes Flores, exigen un presencia mayoritaria de militantes de Perú Posible en el gabinete.

Es decir estamos ante una reiteración de lo mismo: uds eligen el gobierno, pero nosotros decidimos el programa.

Hasta el momento, las señales emitidas por Ollanta han sido de no aceptar las presiones de los grupos de poder.

La composición de la comisión de transferencia, en donde participan destacados intelectuales como Alberto Adrianzen, Felix Jiménez, Humberto Campodónico, Javier Iguiñez, Oscar Dancourt etc. es un buen augurio de que Ollanta Humala está dispuesto a honrar sus compromisos electorales. De igual forma, la gira emprendida por Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina y Chile es una señal positiva que indica que el nuevo gobierno desarrollará una política internacional alejada de la tutela del imperio del norte.

Pero la batalla principal está en saber quién será el nuevo Ministro de Economía y Finanzas. Es aquí donde en buena cuenta se definirá el rumbo a seguir por el nuevo gobierno, porque el Ministerio de Economía y Finanzas es el poder real desde donde se puede echar andar la patria nueva. O impedir los cambios.

Lo coherente sería que el actual jefe de equipo del plan de gobierno de Gana Perú, Felix Jiménez, sea el escogido. Es un intelectual con una trayectoria intachable, tiene una sólida formación profesional y experiencia gubernamental, y sobre todo, es un hombre comprometido con el proyecto político de Gana Perú.

Más allá de los cantos de sirena de la derecha, lo que Ollanta Humala tiene que demostrar es que va a mantener su compromiso con los ciudadanos peruanos que votaron por su propuesta de cambio. Por eso que desde el 28 de julio es importante comenzar a trabajar para saldar esa enorme deuda social que el Perú tiene con los pobres del campo y la ciudad que fueron marginados de los beneficios generados por el crecimiento económico.

Tenemos que hacer que esa esperanza que venció al miedo y que el 5 de junio se transformó en una posibilidad, el 28 de julio empieze a convertirse en una realidad.

Pero eso no lo vamos a lograr únicamente con buenos deseos. Somos gobierno, pero no tenemos aún el poder. Tenemos que organizarnos, fortalecer el Partido, fortalecer la unidad de las izquierdas y trabajar lealmente con los nacionalistas para dotar de una sólida institucionalidad orgánica a la alianza electoral Gana Perú, para que pueda cumplir a cabalidad con su tarea de ser la fuerza política gobernante.

En definitiva, tenemos que poner todo el esfuerzo para hacer del pueblo peruano el verdadero protagonista del cambio. Porque solo la fuerza, la unidad y la participación protagónica del pueblo peruano será la mejor garantía para construir la patria nueva.

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