En el Penal de Valdenoceda estuvieron
presos los brigadistas estadounidenses Clarence Blair y Cohn Haber, del
Batallón Lincoln, así como el militar mexicano Roberto Vega González y
también otros extranjeros combatientes de las Brigadas Internacionales.
Al parecer, según diversos autores, es difícil establecer quiénes y
cuántos fueron en general los brigadistas apresados, pues el gobierno de
Franco prefería que los datos relativos a brigadistas internacionales
fueran confusos, para evitar posibles conflictos con otros gobiernos y,
además, al no venir estas personas en misión oficial, las embajadas de
sus países de origen no siempre se preocupaban por ayudarles o
simplemente averiguar su paradero. Tal es el caso, sobre todo, de los
brigadistas italianos, alemanes y austríacos, quienes por el hecho de
luchar para defender a la República española se convertían en proscritos
en sus propios países, con lo cual casi era mejor, para ellos y para
sus familias, que sus respectivas embajadas no hicieran gestión alguna,
ni consiguieran localizarlos.
Estos son los combatientes de las
Brigadas Internacionales de los que se sabe que en algún momento
estuvieron presos en el Penal de Valdenoceda, aunque probablemente no
sean todos:
Harry Kleiman (Cohn Haber), estadounidense.
Clarence Blair, estadounidense.
Lluven Zankoff Dicoff, búlgaro.
Federico M. Hacosta, corso francés.
Randulf Dalland, noruego y capitán en el ejército de su país.
Robert Tin, francés.
Peter Popocópulus, griego.
Albert Tim, canadiense.
James Cameron, canadiense.
A estos nombres hay que añadir el de Joseph Scheungrab, un brigadista
alemán que murió en 1939 en el penal a los 30 años de edad, y que la
asociación Exhumación Valdenoceda tiene en su lista de víctimas
mortales. Dadas las circunstancias de Alemania en aquella época, lo más
probable es que ningún familiar se atreviera a preguntar por él. Y si
alguien lo hubiera hecho, ni la embajada alemana en Madrid, ni los
consulados se habrían molestado en hacer gestión alguna para informar a
la familia, y mucho menos para salvarlo; antes bien habrían intentado
asegurarse de que no saliera vivo.
Buena parte de los brigadistas
estadounidenses presos en las cárceles franquistas fueron intercambiados
en 1938 por soldados italianos y alemanes que la República tenía
presos. Sin embargo, tras finalizar la guerra fue la embajada
estadounidense quien trató directamente con el gobierno de Franco para
liberar a los suyos. La moneda de trueque solía ser la concesión de
ayudas o préstamos solicitados por Franco a Estados Unidos, que se veía
siempre condicionada en parte por la liberación de los presos de este
país. Aún así, en 1940 todavía estaban presos ocho brigadistas
estadounidenses, entre ellos los dos de Valdenoceda, Haber y Blair.
Parece ser que un crédito al gobierno español para la fabricación de
moneda de níquel resultó decisivo a la hora de negociar la liberación de
estos hombres.
Según el periódico España Democrática,
editado en Montevideo, Haber y Blair, junto con otros brigadistas
liberados, declararon a la prensa tras su llegada a Nueva York que
habían compartido presidio con españoles procedentes de los campos de
concentración franceses para refugiados. Por diversas razones estos
hombres habrían sido entregados por el gobierno de Daladier a las
autoridades españolas. Buen número de estos presos fueron llevados a
Valdenoceda para permanecer allí a la espera de juicio
.
Otro preso de Valdenoceda fue el mexicano
Roberto Vega González, de la 66 División, 212 Brigada, 847 Batallón, 3ª
Compañía del ejército republicano. Fue uno de los nueve jovencísimos
cadetes que se fugaron del Colegio Militar en México y vinieron a España
a defender la República. Las edades de estos chicos oscilaban ente los
17 y los 20 años. Por su formación militar y su conducta ejemplar,
Roberto Vega llegó a conseguir la graduación de capitán. Cayó preso en
Teruel y sufrió un infierno en varias prisiones antes de ir a parar a
Valdenoceda. No fue liberado hasta 1941, pues el gobierno de Franco
tenía muy mala relación con el de Lázaro Cárdenas, pero gracias a las
presiones de Cuba fue indultado de la pena de muerte que pesaba sobre
él, y pudo embarcar en Bilbao para regresar a México.
En 1954 el capitán Roberto Vega publicó un libro titulado “Cadetes mexicanos en la Guerra de España”, donde narraba las peripecias y los sufrimientos de aquellos jovencitos mexicanos que desertaron y fueron expulsados del Colegio Militar a causa de su afán de luchar por la democracia y la libertad en un país lejano. La historia de Roberto Vega González fue narrada también por Indalecio Prieto en un extenso artículo publicado en El Socialista en noviembre de 1954 con motivo de la edición del mencionado libro.
(Curiosamente, se hace referencia en este
artículo al crimen de Tartalés de 1914, pero situándolo en Valdenoceda.
No sabemos si el error es solo de don Indalecio, o si era una
información tergiversada que circulaba entre los presos y pudo ser
recogida así por Roberto Vega. Habrá que echar un vistazo a su libro.)
“Mexicanos en la guerra de España”, Héctor Perea:http://cdigital.uv.mx/bitstre…/123456789/…/2/1999109P119.pdf
“Jugarse el cuero bajo el brío del sol”, Héctor Perea, págs. 52-56.
http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/histori…/10637.pdf
http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/histori…/10637.pdf
Indalecio Prieto – El Socialista. archivo.fpabloiglesias.es/…/H…/ElSocialista/…1954/5746.pdf
El cautiverio del capitán Roberto Vega tuvo en su momento tanta resonancia que incluso se le dedicó un poema:
“Romance del mexicano condenado a muerte”. J. Viró Domenech, 1939.
Roberto Vega González,
rayo del sol mexicano,
por darle calor a España,
a muerte te condenaron.
rayo del sol mexicano,
por darle calor a España,
a muerte te condenaron.
Cárcel de Valdenoceda,
en el Burgos pretoriano,
bajo cerrojos te tienen
atado de pies y manos.
Sobre las húmedas losas
del pavimento enlodado,
entre sombras retorcidas
y hedores de camposanto,
gime tu cuerpo mordido
por los chacales de Franco.
en el Burgos pretoriano,
bajo cerrojos te tienen
atado de pies y manos.
Sobre las húmedas losas
del pavimento enlodado,
entre sombras retorcidas
y hedores de camposanto,
gime tu cuerpo mordido
por los chacales de Franco.
Roberto Vega González,
alma y cuerpo mexicano;
en las venas sangre roja
del noble león hispano;
con dentelladas feroces,
con un trato infrahumano,
estás purgando el delito
de ser revolucionario.
alma y cuerpo mexicano;
en las venas sangre roja
del noble león hispano;
con dentelladas feroces,
con un trato infrahumano,
estás purgando el delito
de ser revolucionario.
1940. La prensa americana publicaba una campaña de Solidaridad de los
pueblos de América con los refugiados españoles y con los presos de los
campos de concentración. Petición de libertad para los presos americanos
de Belchite y Valdenoceda.
Esta investigación ha sido desarrollada por Irene Garmilla, que ha accedido a su publicación en la página web de la Asociación de Familias de Represaliados en Valdenoceda. Muchas gracias, Irene.
https://exhumacionvaldenoceda.com/la-prision/brigadistas-en-el-penal-de-valdenoceda/
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